A lo largo de la evolución del mercado de apuestas deportivas se han ido desarrollando estrategias a través de las cuales tratar de sacar beneficio de las casas. Y una de las más populares es el conocido como “dutching”.
El dutching es un sistema que consiste en apostar a varias opciones o mercados dentro de un mismo evento y que todas ellas ofrezcan siempre la misma ganancia. Quizá dicho así suena algo extraño y en realidad no es un concepto fácil de entender simplemente con palabras, por eso es que la mejor manera de verlo es con un ejemplo.
La estrategia dutching surgió a principios del siglo XX y fue ideada por apostadores a carreras de caballos. En esta clase de deporte el favorito suele tener una cuota que suele ser superior a 2.00 y es por eso que descubrieron este sistema que les hacía rentabilizar las ganancias. Es por eso que el ejemplo lo vamos a llevar a cabo con caballos.
Imaginemos una carrera en la que hay ocho caballos dispuestos para correr y en una casa de apuestas al azar encontramos las siguientes cuotas para cada uno de ellos: caballo 1 – 2,10; caballo 2 – 4.50; caballo 3 – 7.00; caballo 4 – 13.50; caballo 5 – 20.00; caballo 6 – 22.00; caballo 7 – 23.50; y caballo 8 – 25.00.
Un jugador experto en esta clase de apuestas analiza la carrera y llega a la conclusión de que los caballos 1 y 3 son los que más opciones tienen de poder ganar. Según la teoría del dutching, suponiendo que tenemos $100 para apostar en el evento, dice que hay que repartir nuestros fondos entre ambos caballos de forma que con ambos ganemos lo mismo, en el caso de que alguno de ellos quede en primera posición.
De esta forma al caballo 1 (con cuota 2.10) apostaremos $76,92$ y al caballo 3 (con cuota 7.00) apostaremos $23,08. Si multiplicamos la cantidad invertida por la cuota del caballo podremos ver que en ambos casos las ganancias con de $161,5. Eso significa que si habíamos puesto en juego $100, en ambos casos estamos percibiendo $61,5 de ganancias.
Es obvio que la rentabilidad de la fórmula dutching depende del apostador. Cuanto mayor sea el número de probabilidades que quiere cubrir un jugador, más dinero debe poner en juego para que la apuesta resulte rentable. Y cuanto mayor sea la cantidad que quiere gastar, mayor será el riesgo de obtener pérdidas que afecten a los fondos del usuario.
Lo que sí que debemos tener en cuenta es que no debemos realizar los cálculos de las apuestas a mano, en la medida de lo posible. En la red hay calculadoras de dutching dispuestas para realizar esa tarea y que funcionan con exactitud.
Pros y contras de la estrategia dutching
Antes de ponerte a trabajar con el sistema que propone el dutching debes tener en cuenta que no hay una fórmula mágica por la cual todos los apostadores consigan beneficios con ella. Cada usuario debe realizar pruebas y analizar si es una estrategia que le puede servir para su día a día con las apuestas o no.
Si eres un jugador dispuesto a invertir una cantidad de dinero alta, el dutching te puede resultar muy rentable. Y es que lo mejor que tiene es que con ella cubres más cantidad de posibilidades de las que cubrirías con una apuesta simple y por lo tanto el riesgo disminuye.
Además, es aplicable en todos los eventos deportivos que puedas imaginar y se puede adaptar a toda clase de disciplina en la que sea experto un jugador concreto.
Por otro lado, para aquellos jugadores que no dispongan de unos fondos muy amplios no es recomendable utilizarla. Entre otras cosas porque muchos usuarios pensarán que bastante complicado es ya acertar con una selección a un evento, como para encima no maximizar al 100% ese acierto cuando se produce. Con el dutching ocurre esto, puesto que habrás dividido el dinero entre varias opciones.
A parte es recomendable analizar primero el sistema de la casa de apuestas donde quieras apostar, porque es posible que en algunos mercados la propia plataforma no te permita cubrir más de una posibilidad.